Una joya representa un momento de nuestras vidas. Las joyas se convierten en recuerdos y contienen muchos sentimientos. Pasan de generación en generación y tienen un valor añadido económico.
Contienen magia
Una joya posee sentimientos, contienen historias y siempre será un bien de lujo que mantiene su valor.
La joya es el símbolo de un sentimiento. Puede ser fruto de un viaje, de un capricho porque te has enamorado de ella…
También suele ser el resultado de un compromiso, derivado del amor conyugal o incluso producto de la romántica espera de dos amantes. Siempre hay una historia detrás de una joya.
Regalar una joya en acontecimientos como el nacimiento de un hijo, un aniversario, un cumpleaños, o una graduación, entre otras muchas ocasiones, es una bonita forma de expresar un sentimiento de amor, afecto o reconocimiento. Una joya es algo pequeño pero con una gran carga emocional, capaz de transmitir una historia o un recuerdo de una generación a otra.
Como valor refugio
Además del incalculable valor sentimental, el de sus materiales es un valor cuantificable al que se le puede asignar un precio, por eso una joya sobrevive mejor al paso del tiempo cuanto más calidad tengan sus materiales.
Para nosotros existen varias razones por las que comprar joyas, ya que las entendemos como pequeñas obras de arte realizadas con metales nobles (oro, plata y platino) y gemas o piedras preciosas.
Si se produjera una guerra cualquier divisa quedaría devaluada menos los diamantes. El oro junto a los diamantes es la única divisa aceptada internacionalmente con el mismo valor en todo el mundo.
Los diamantes son independientes de las leyes gubernamentales y por tanto conservan mejor su valor en periodos de recesión.
En taller de joyería Antonio Sánchez recomendamos invertir en diamantes y montar las piedras en joyas.
Lucir diamantes y gozar de su inversión segura.